Syd Barrett: Hipótesis y Mariposas

Syd Barrett enloqueció y lo echaron de los Floyd.En escena aguantaba tocando el mismo acorde una vez tras otra. En los estudios de la EMI se ponía a romper el material. Sus compañeros de grupo temían su mirada alocada y apenas entendían lo que quería decir.Un día, la furgoneta del grupo pasó de largo, enfrente de su casa. Se sentaba a las afueras del estudio, pero nadie lo invitaba a entrar, aunque tampoco lo pedía.Pero, ¿por qué? Ustedes dirán. Hay algo que no cuadra cuando uno se pone a leer su historia… De genio del pop (iba para estrella interplanetaria después del éxito de "The Piper at the Gates of Down") a esquizofrénico perdido en su sótano de Cambridge en solo dos pasos y dos discos que no salieron de su círculo de fanáticos.Qué le pasó, realmente? ¿Hay gato encerrado? Podría ser. Y podría ser incluso que hubiera dos gatos encerrados, ambos tomando ácido en su plato de la leche."Todo lo que quería hacer cuando era un niño era tocar la guitarra y hacer el cabra. Pero se me puso en medio demasiada gente."Ácido.…los traumas de la infancia… la pérdida de su padre…"Todo el mundo dice que fué feliz de niño, no sé por qué, pero yo no lo fui". Dice Syd Barrett. Es curioso, oyendo sus canciones.Syd explota. Como muchos de sus contemporáneos, cae víctima de la droga, Joplin, Hendrix... la bruma púrpura se levanta y solo se ve un montón de cadáveres. Todo cuadra.Los misioneros visionarios del ácido, Duggie Fields el artista psicodélico rival, Lindsay la novia ideal y luego Iggy, la esquimal de la portada de "Madcap Laughs", como una especie de mini-Yoko Ono, Jonty Meades el straight-cat, las visitas de Pete Townshend, Mick Jagger y Marianne Faithful...Ácido.En la grabación de "See Emily Play" Syd empieza a dar las primeras muestras de cuelgue serio. No responde a las conversaciones y su mirada, entre burlona y ausente, espanta a su grupo. La desastrosa gira americana pone sobre a viso a todo el mundo, desde el grupo, a Peter Janner, el cual más tarde diría que el ácido era a la vez fuente y sumidero para Syd: " Estoy seguro que su creatividad salía de su locura. El ácido trajo la creatividad, pero lo que es más importante, trajo la locura."Syd es el loco de la fiesta, el despreocupado y el alma libre. Le colocan a todas horas, en el té, en el agua, como sea. Cuando se desfasa demasiado le encierran en el armario. Incluso suministran ácido a los gatos de Syd, "Pink" y "Floyd". Todos los que visitan el piso lo saben y evitan tomar nada allí, recelan de todo, menos del agua del grifo, y solo si la sirven ellos mismos.La rotura de Syd empieza a ser cada vez más notoria. Las cosas se van complicando y empiezan a circular rumores cada día un poco más extraños… Es famoso el incidente del Mandrax, Syd está en camerinos ansioso porque su pelo no le queda bien. Al parecer esta vez la permanente que le acaban de hacer es una cagada. Cansado de intentar arreglárselo, opta por una salida curiosa. Mezcla un porrón de mandrax con Brylcreem y se lo unta en su cabellera. Sale a escena y con el calor de los focos, poco a poco la mezcla se vá derritiendo y resbalando por sus ojos, su cara... las niñas de la primera fila se horrorizan. ¡Syd parece una figura de cera derritiéndose!Lindsay, la novia de Syd aparece en las escaleras de la casa de Jenner seriamente maltratada."Estaba empezando a ponerse algo loco…la esquizofrenia se había instalado" decía Lindsay Korner antes del incidente. Se dice que le rompió una guitarra en la cabeza, se dice que la tuvo encerrada durante dos semanas en una habitación, pasándole la comida (galletitas) por debajo de la puerta, solo entrando para pegarle…Syd Barrett ya es un muñeco roto certificado. Esquizofrénico o no, loquito o no, Syd ya no se sentía en si mismo, cosa que desde la letra de "Jugband Blues" hasta hoy en día deja claro, como se puede ver en sus incoherentes y descompuestas declaraciones. Sin embargo, nunca hablará explícitamente de traumas de la infancia, ni tampoco mencionará las famosas "voces". Si se referirá a una extraña descomposición de su psique, habla de "poner las cosas en su sitio".Gilmour presiona para que un psiquiatra examine a Syd, Finalmente deciden consultar a un psiquiatra algo abierto de miras, prescindiendo de médicos ortodoxos que (sin duda) sepultarían a Syd en una institución mental para siempre. Se ponen en contacto con R.D. Laing seguidor de la hipótesis de que la locura solo está en el ojo del espectador. Escucha una cinta de Syd conversando. Su veredicto: "incurable".Syd está ya en la periferia de la razón.Parece ser que se dedica a pintar. Pinta sus cuadros y luego los quema. "Yo no pinto, pero el chico que vive en la puerta de al lado lo hace y eso es suficiente".David Bowie y otros adinerados fans de Barrett logran hacerse con ejemplares salvados de la quema.Syd Barrett iba para pintor. Quizás como cualquiera que haya hecho algo relacionado con el arte, se deleite pensando en que podría dedicarse a ello a tiempo completo, algún día. De repente se ve en los Pink Floyd, con una guitarra, dando las sesiones UFO...…Experimenta la fama ya no como concepto, sino como realidad. Yo no quiero pensar en él como un drogado errático, sino como un tipo más despierto de lo normal. Se queda con todo. Se lo pasa todo lo bien que puede en su nuevo piso lleno de personajotes y ácido. Pero ya tiene claro que el camino que ha empezado, ya lo ha recorrido en su cabeza y que al final no hay nada, y que el que va a llegar ni siquiera va a ser el que empezó. No siente aprecio por el compromiso entre un artista y el público, o aún peor, entre el artista y la Humanidad. Se ha visto obligado a condensar sus ideas en sencillos de tres minutos para estar en la onda, pero una vez allí ya no le sale de nuevo, o no siente la necesidad de hacerlo. La gente ya ha pagado por un Syd Barrett que no era el de la foto, basta de engaños. Syd ni siquiera se quiere engañar a si mismo, ya no quiere más Pink Floyd, porque eso solo significa más presión del público, más presión de la banda, más presión por todos lados.En el escenario no rinde porque no siente la urgencia de protagonizar un sueño que ya no es suyo. En el nuevo disco se limita a dar una explicación, "Jugband Blues" (que si se ve desde la óptica del Syd desencantado, renegado de su propia condición de pop-Star y de sus sueños, tiene su punto) y un estado de ánimo, destructivo y asolador, que logra convencer a todo el grupo para que pueda soltarlo en paz.Es curioso que en aquel momento la hipótesis más comentada fue la de que Syd estaba subido de tono, que la fama le había pegado fuerte y que estaba muy. Digo que es curioso porque al final lo que ha quedado es lo de la locura y las drogas. Que, curiosamente, es lo que más se ha repetido.Se le subió la fama a la cabeza, pero no de la manera que todos pensamos. El le dio vueltas y vio que no merecía la pena. ¿Quién podría desperdiciar una oportunidad así? Alguien que tuviera algo mejor, alguien que apreciara su singularidad y quisiera protegerla a toda costa. Todo el mundo que le conoció entonces coincide que aquel Syd no era un tío cualquiera. Aún así ninguno habló de protegerlo. Él mismo se tomó la molestia.Se rapa el pelo al cero, para podar a esa pop-Star que un día estuvo en sus zapatos. Sigue con su vida, la vida que Roger Barrett decide, no la de un negociante de ideas y canciones.Después llega el día que decide sentar cabeza, dejar el ácido. Se pasa a la ingesta masiva de mandies. Graba los discos con Gilmour como un pasatiempo, mientras aterriza en el mundo de los vivos. Los Pink Floyd están bien sin él, Waters estaba esperando su turno para decir sus cosas."Tengo una nevera muy grande y he estado comiendo un montón de cerdo últimamente", dice a los que le preguntan en la sesión de "Wish you were here" por su peso. Además se está quedando calvo. Ellos lloran, porque no entienden que nada es para siempre. Llorarán incluso hoy en día.…y Syd es feliz.
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